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LAS AFECCIONES ALÉRGICAS.

Las afecciones alérgicas (alergia alimentaria, dermatitis atópica, asma, rinitis y conjuntivitis alérgica, entre otras) tienen una elevada prevalencia en los últimos años, por lo que también han aumentado las necesidades del manejo correcto, el diagnóstico y tratamiento específico de los pacientes que sufren estas afecciones.

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El diagnóstico temprano es un requisito para el mejor y óptimo cuidado del niño alérgico. El asma y otras afecciones alérgicas pueden ser originadas precozmente en la vida, incluso dentro del útero.

 Las enfermedades alérgicas respiratorias como el asma y la rinitis alérgica son afecciones crónicas muy frecuentes en la población mundial. El asma es una enfermedad que afecta a unos trescientas millones de personas de diferentes edades y la rinitis alérgica a cuatrocientas millones de personas, según algunos estudios. Tanto la rinitis como el asma pueden influir de manera negativa en la calidad de vida de  las personas que la padecen y sus familias, e impactar  en el bienestar socioeconómico de las personas.

 Los pacientes con rinitis alérgica sufren síntomas nasales  (secreción nasal, congestión, picazón en la nariz, estornudos) y los asmáticos presentan síntomas pulmonares (tos frecuente, chillido de pecho a repetición, dificultad para respirar ), muchas veces  los catalogan como normales debido a que los sufren de manera crónica, sin embargo, estos síntomas pueden silenciosamente causar trastornos mayores que hace que el paciente busque ayuda cuando presenta enfermedades comórbidas, que son a su vez complicaciones de las enfermedades alérgicas.

 Ha sido demostrado que la rinitis alérgica y el asma concomitante impactan esencialmente en el bienestar del paciente y que el agravamiento de los síntomas de rinitis alérgica en pacientes con asma, se asocia con el agravamiento de los síntomas del asma.

Teniendo en cuenta estos datos, en pacientes con asma siempre se debería  evaluar la presencia de la rinitis alérgica, y viceversa debido a que ambas enfermedades  están estrechamente relacionadas.

 El concepto actual más conocido es el de la vía aérea única, lo que nos explica por qué ambas afecciones alérgicas se encuentran relacionadas entre sí, escuchamos en varias ocasiones en la consulta, que las madres refieren que su niño inició una crisis de asma solamente con días previos de síntomas nasales.

  Muchas veces vemos que el paciente o sus padres refieren solo el cuadro que más le aqueja por ejemplo la tos o los chillidos de pecho  en caso de asma, no atendiendo los síntomas nasales pero debemos recordar que se tendrían que atender ambas afecciones para un manejo óptimo de nuestros pacientes alérgicos.

En otros casos sucede lo contrario, tras años de síntomas nasales se inician los síntomas pulmonares como tos, chillido o dificultad respiratoria sin tener en cuenta que estamos iniciando el asma alérgica.

Ante todo esto debemos tener en cuenta que estas enfermedades están  relacionadas, y si las padecemos o nuestros hijos, deberíamos solicitar una correcta evaluación del caso. Y como médicos priorizar el diagnóstico clínico y etiológico para una asistencia correcta de nuestros pacientes, que se logra con una historia clínica detallada del antecedente personal y familiar del paciente, apoyado en métodos de diagnóstico , entre estos los más utilizados los test cutáneos de alergia y la espirometrÍa.

 

Dra. Cinthia Pérez de Lindstron.

Pediatra Clínica.

Especialista en Alergia e Inmunología Clínica y Pediátrica.