MI NIÑO RONCA ¿ES NORMAL?
Pensamos que es normal, y no le comentamos al médico, y creemos no pasa nada, pues sí, si pasa. El ruido nos indica que el aire no consigue entrar con facilidad y tiene que ir buscando su camino a través de obstáculos en la vía respiratoria. No significa que el niño "esté muy cansado" y menos que «esté descansando» o «durmiendo profundamente».
El principal signo de que la respiración está alterada durante el sueño es el ronquido, que se presenta todas o la mayoría de las noches, independientemente de la posición, y que además presenta obstrucción completa o pausas en la respiración con despertares bruscos o sensación de ahogamiento. Presentar pausas en la respiración se conoce como Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño (SAHS). Hay diferentes grados de severidad, incluso si los síntomas no son constantes es importante consultar para prevenir que progresen.
¿En qué afecta la obstrucción respiratoria?
Cuando la respiración se obstruye al estar dormido, el cuerpo lo percibe como un fenómeno de ahogamiento. Baja el número de latidos del corazón, sube la presión arterial y los niveles de oxígeno en el organismo disminuyen. También se alteran los mecanismos que controlan la glucosa sanguínea y el peso corporal. El sistema nervioso estimula al cerebro para alertarse y aliviar la obstrucción, y observamos una especie de jadeo, es decir, una respiración profunda con esfuerzo.
¿Por qué ocurre la apnea del sueño?
Las causas más comunes de obstrucción en la vía respiratoria son las amígdalas y/o adenoides aumentadas de tamaño. Los niños con sobrepeso y obesidad están en más riesgo de sufrirla, porque la grasa que se deposita en el cuello y garganta puede estrechar aún más la vía respiratoria. Los pequeños que presentan anomalías de nacimiento en la mandíbula o lengua, o problemas neuromusculares como en la parálisis cerebral o el síndrome de Down también tienen alta probabilidad de desarrollarla.
¿Cómo identificar si tu niño la padece?
Durante la noche:
- Roncar fuertemente, todas o la mayoría de las noches.
- Tener pausas en la respiración, seguidas por jadeos o esfuerzo para volver a introducir aire. Éstos pueden despertarle o interrumpir su descanso.
- Dormir inquieto o en posiciones inusuales con la cabeza extendida.
- Sudar profusamente durante el sueño.
- Orinar la cama (en niños que ya saben controlar esfínteres).
Durante el día:
- Problemas de conducta, escolares o sociales.
- Dificultad para levantarse por la mañana.
- Dolores de cabeza, especialmente al despertar.
- Irritabilidad, agitación, y/o mal humor.
- Somnolencia, al grado de quedarse dormido(a) durante alguna actividad.
- Respiración por la boca o voz nasal.
- Problemas del habla o aprendizaje.
¿Cuál es el tratamiento? ¿Siempre hay que operar?
Si los síntomas son significativos y la causa es el crecimiento de las amígdalas y/o adenoides, se recomienda fuertemente que sean retiradas mediante cirugía. Si los síntomas son leves, no afectan el desempeño académico y general, y la pubertad se encuentra cerca, es posible que no se requiera la cirugía, sino que el médico evaluará el caso específico de tu hijo(a) para hacer una recomendación.
Si tu hijo(a), tiene algunos de estos síntomas, es importante que lo revise un especialista en Otorrinolaringología. A veces da miedo pensar que podría haber una operación en el panorama, pero con la ayuda adecuada del otorrinolaringólogo, la apnea del sueño no tiene por qué convertirse en una «historia de terror».
Dr. Frank Smith A.
Otorrinonaringólogo, Reg. N° 12.966
drfranksmith.oto@gmail.com