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EL DUELO EN LA FAMILIA

La mayoría de las pérdidas significativas que se producen dentro de un contexto familiar, genera un desequilibrio y cambio forzado dentro del sistema. Dentro de cada familia existe un equilibrio, todas las personas tenemos una idea de equilibrio en nuestra familia, de fronteras y de límites; la ruptura de los cuales constituiría un choque o una crisis para la existencia del conjunto familiar (Levetón, 1990), dicha pérdida significativa en este grupo familiar genera desequilibrio y hace que la familia se desestabilice, sienta el dolor y en algunos casos decida buscar ayuda.

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Perder a una madre, un padre, hermanos, o cualquier persona amada implica un gran sufrimiento y una reorganización dentro de un círculo familiar. Es la representación de la agonía y muerte de algo significativo, una de las realidades más doloras que atraviesa el ser humano. El duelo familiar es el “proceso que se coloca en marcha a causa de la pérdida de uno de sus miembros”.

Para poder ayudar a una familia que sufrió la muerte de uno de sus integrantes, es importante tener un conocimiento sobre la configuración total de la familia, así como la posición funcional que ocupaba la persona fallecida.

Tratar a cada persona en relación con la persona fallecida y trabajar su duelo sin relacionarlo con toda la red del sistema, no es suficiente. La familia es una unidad de interacciones en la que todos los integrantes influyen entre sí. El sistema familiar, se conceptualiza por la suma de sus características individuales que aportan para definir el carácter del sistema familiar.

Según Bowen (1976) desde la perspectiva sistémica, la pérdida de uno de los integrantes es la mayor crisis que tiene que afrontar un sistema. Considerando que el sistema tiene suficientes recursos, reaccionará con un cambio adaptativo, sin embargo, si el sistema carece de estos recursos, la familia puede llegar a desaparecer.

Para realizar una evaluación de los sistemas familiares y el duelo, consideramos el papel funcional de la persona fallecida dentro del sistema; considerando que la muerte va a crear un gran malestar al equilibrio funcional de la familia, en una familia bien integrada se podrán ayudar más unos a otros a afrontar la muerte, incluso la de un miembro significativo de la familia, con poca ayuda externa.

El duelo familiar influye el nivel comunicacional, estructural y con las relaciones con el medio externo; a nivel comunicacional se ven los incrementos o disminuciones importantes y significativas de la comunicación, cambios de los patrones y canales de comunicación, a diferencia del nivel estructural donde se puede observar confusión en la jerarquía familiar, redistribución y confusión de roles. El aislamiento, rechazos de redes de apoyo o la sobreprotección de los integrantes, se refleja en las relaciones con el medio externo.

 

LAS ETAPAS DEL DUELO FAMILIAR SE MUESTRAN A CONTINUACIÓN:

  1. Aceptación familiar de la pérdida; en esta etapa se permite y favorece la expresión de la aflicción de todos los integrantes de la familia, (funerales, entierro, visitas de los familiares y amigos, etc).
  2. Reagrupamiento de la familia; en esta etapa se permite la reorganización y redistribución de los roles familiares a través de la comunicación interna del sistema, es un proceso delicado, que afecta a la propia estructura de la familia, por lo que ésta debe adoptar una conducta defensiva que le permita afrontar este proceso con el menor desgaste posible.

Los cambios en la jerarquía de la estructura familiar, paradojas, rituales, uso de narrativas, son algunas técnicas de intervención a utilizar con las familias que están atravesando por este tipo de pérdidas.

El final de la etapa de duelo familiar está marcado por la aceptación de sus miembros de una nueva estructura familiar. Esto no quiere decir, olvidarse de la persona fallecida, sino más bien recolocarla emocionalmente de manera más adecuada. La figura de la persona fallecida formará parte de la historia de la familia siempre, a través de los recuerdos y del afecto. De esta manera se dará una verdadera reinstalación dentro del propio mundo interno de los sentimientos y emociones.

Para tener en cuenta el duelo no solo significa la muerte de un ser amado, el duelo además se involucra en una enfermedad crónica o terminal, una ruptura amorosa, o algún tipo de pérdida significativa que influya en los pensamientos, emociones y acciones para la persona que este atravesando por ello.

 ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA SOBRELLEVAR LA PÉRDIDA SON:

    • Aceptar que cada duelo es único en su proceso y tenemos la necesidad de vivirla a nuestra manera sin compararnos con los demás.
    • Darse permiso para experimentar las emociones, llorar si es necesario sin tener que privarse de nada.
    • Buscar ayuda profesional si lo necesitas.
    • Aceptar que la persona amada ya no estará con nosotros en este mundo, pero no por ello dejar de honrar su memoria.
    • Aceptarlo llevará su tiempo.
    • No apresurar el proceso, y lo más importante repetir “un día a la vez”.

 

Lic. Tereza Velázquez Maggi

Psicóloga - Registro Profesional Nº 6733