Es decir, ir dándonos cuenta de nuestros diferentes aspectos constitutivos, comprender mejor cómo se organizan, entender que somos una unidad psicosomática y no solo reducirlos a lo médico biológico, ni a lo racional e inteligible solamente. La dimensión psicológica, nuestro estado emocional, lazos afectivos o mundo interno - distintos nombres con los que generalmente uno se refiere a este aspecto de nosotros - representan el modo esencial de relacionarnos con el mundo; ya sea externo, con nuestros semejantes o con nosotros mismos y casi siempre ha sido descuidado y es común que entorpezca nuestros demás estados. De ahí la importancia de darle el lugar que se merece, porque un aparato mental saludable nos ayuda a tener la capacidad indispensable para preservar nuestro bienestar integral.

De modo que ¿por qué recurrir a un psicoanalista? Porque los objetivos fundamentales de un tratamiento psicoanalítico son comprender los funcionamientos mentales del paciente tratando de darle significado, ayudarlo a comprender estos funcionamientos a través del análisis de sus patrones de relación, los modos de vivenciarse, de relacionarse con los otros.          

¿Para qué sirve al paciente un tratamiento de ésta índole? Para lograr ser más conscientes, lograr un mejor entendimiento de las fuentes que provocan malestar o sufrimiento. Además, para adquirir más herramientas internas   mediante el proceso psicoanalítico o terapéutico e integrarlas a las existentes, con el objetivo de potenciar los recursos personales para afrontar situaciones diversas y adversas que frustran.

En definitiva, es recomendable vencer las resistencias, temores o prejuicios respecto a una consulta con un/a profesional con conocimiento sobre el padecer humano. Lo esperado es que aporte beneficio a corto, mediano y largo plazo a la forma de pensar, sentir, existir; lo cual depende de la alianza, el compromiso y la responsabilidad de ambos participantes, en la relación paciente - terapeuta.

 

Lic. Ermelia Siemens

Psicóloga – Psicoanalista